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hace 4 años,el
México vive una crisis social profunda a causa de la violencia que se genera por casi todos los rincones del país, y en particular ha estado en el ojo de la opinión pública en los últimos días a causa de los homicidios tan inhumanos en gran parte del territorio nacional.
La violencia, forma parte del fenómeno generalizado que ha azotado a México durante los últimos años a niveles impensados. La lucha entre los cárteles de la droga, el tráfico ilegal de estupefacientes y armas, así como la delincuencia organizada y la desigualdad económica, son factores que han provocado y siguen dejando ríos de sangre por todo el país.
Pero, ¿qué es la violencia?
La violencia según la Organización Mundial de la Salud es “el uso intencional de la fuerza física, las amenazas contra uno mismo, otra persona, a un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia daños físicos, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.”
Solo para darles un dato, México de enero a mayo ha tenido 14,631 homicidios dolosos, siendo el mes de marzo el de mayor incidencia delictiva con 3,029 casos, con un promedio aproximado de 93 asesinatos por día. Mientras que, en el estado de Aguascalientes según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el mes de mayo se registraron 11 homicidios, 244 casos de narcomenudeo, 116 robos a vehículos, 143 casos de robo a casa, 285 lesiones, 150 casos de violencia familiar.
Después de ver estos datos nos podemos preguntar. ¿Cuál es el origen de la violencia?
Existe un largo debate sobre la naturaleza o el origen de la violencia en el ser humano, para algunos autores, la violencia es un asunto hereditario, biológico, que tiene que ver con una personalidad antisocial y con tendencias agresivas; para otros, la violencia se relaciona con el medio ambiente, con aspectos culturales, el ser humano nace bueno y el entorno, sus relaciones, la educación, o la familia lo inducen hacia la violencia.
Pero, ¿cómo podemos contrarrestar el ambiente violento que tanto ha lastimado a nuestras ciudades?
Nos queda claro que la estrategia del gobierno no ha funcionado, ni en lo local ni en lo nacional, “los abrazos no balazos” se han quedado en retórica, y los millones de pesos invertidos en sistemas estatales de seguridad y equipamiento a corporaciones han dado mucho que desear, “no se puede combatir el fuego con el fuego”.
Nos queda desde lo personal, desde nuestros hogares, nuestras familias erradicar la ola de violencia, bien lo dice la psicología que para erradicar las conductas violentas en los seres humanos se necesitan eliminar los factores de vulnerabilidad que afectan a una persona, como, la familia disfuncional, la injusticia, las adicciones, la inestabilidad económica, y, se deben de cubrir cuatro necesidades afectivas básicas desde la niñez: el amor, la atención, la aceptación y el reconocimiento.
¿Qué sucede si no se cubren estas necesidades emocionales básicas desde la niñez?
Sin duda seguiremos viendo jóvenes y adultos cometiendo conductas inapropiadas (homicidios, asaltos, violaciones, narcotráfico, violencia de género, desapariciones, secuestros) mientras que el Estado adormecido, paralizado, burocratizado observa a nuestro país como se hunde en lo más profundo de la violencia.