El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continuó el viernes con sus elogios para López Obrador, luego del viaje del líder de la 4T a Washington en la que ambos se reunieron en la Casa Blanca para celebrar la entrada en vigencia del T-MEC.
«Es un hombre fabuloso. Es como un amigo mío, se volvió como un amigo desde el principio. Con su predecesor [Enrique Peña Nieto] tenía algo menos que una buena relación, no me llevaba bien con él. En teoría no teníamos que llevar mejor, pero con el presidente López Obrador tuvimos un gran día hace un par de días», declaró Trump durante una entrevista con el canal Telemundo.
El republicano, quien durante la visita de AMLO ya lo había alabado profusamente y hasta trazó similitudes entre ambos en su discurso conjunto en la Casa Blanca diciendo que habían sido elegidos para luchar contra la corrupción, dijo que estaban haciendo «muchas cosas buenas para nuestros países».
Consultado por el periodista de Telemundo sobre sus dichos del pasado sobre los mexicanos y su proyecto de construir un muro para que no ingresen ilegalmente al país, Trump aseguró que no cambiaría su posición en cuanto a la importancia de esa construcción.
«Hemos construido el muro y hemos llegado hasta los 402 kilómetros y ahora construimos aproximadamente 11 kilómetros a la semana. Y tendremos casi los 804 kilómetros en breve. El muro ha tenido un gran impacto en la frontera, es un lugar muy diferente. Muy pocas personas están atravesando», aseguró Trump, quien también aprovechó la entrevista para anunciar una inminente orden ejecutiva en beneficio de los dreamers, su más reciente movida para buscar el voto latino de cara a las elecciones presidencial de noviembre.
«Voy a hacer una gran ley de inmigración». Uno de los aspectos va a ser DACA, vamos a tener un camino a la ciudadanía, aseguró el mandatario, quien adelante aclaró que será en realidad un decreto y no un proyecto para el Congreso.
Vale recordar que hace menos de un mes, el Tribunal Supremo de los EU falló a favor de la legalidad del programa, establecido por el entonces presidente Barack Obama en el 2012 para proteger a los inmigrantes que llegaron al país siendo menores de edad, lo que significó un golpe a los numerosas intentos de la administración Trump de eliminarlo.