Las apuestas para el ganador a la presidencia están echadas, pero ¿Quién será el ganador?
Los números antes de la pandemia daban una ligera ventaja al actual presidente, sin embargo, esta condición parece haber cambiado derivado de las diferentes situaciones actuales, principalmente el COVID y sus posteriores consecuencias. Las crecientes críticas por el manejo de la situación por parte del gobierno (la cual ha sido pésima), las dificultades económicas derivadas de esto, el aumento del desempleo en la población y actualmente el manejo de las protestas por racismo a partir del homicidio George Floyd.
Las tendencias parecerían indicar una inminente derrota para Trump en noviembre, pero ¿Realmente esto va a pasar? La realidad es que no hay nada seguro: Trump apuesta al apoyo de su base electoral, esa base compuesta por americanos blancos de clase media baja, con pobre educación, nacionalistas y con un toque de racismo propio de la sociedad Estado-Unidense. Esta base de apoyo no debe ser menos preciada, Trump alimenta el sentimentalismo de esa parte de la sociedad y los mexicanos hemos sufrido y hemos sido testigos en reiteradas ocasiones de esta característica y que actualmente lo estamos observando en contra de manifestantes afroamericanos: una apuesta que se podría pensar arriesgada por las críticas que levanta pero cabe mencionar que la fracción de Afroamericanos en Estados Unidos representa alrededor de un 13%, mientras que esa población que puede apoyar al actual presidente es más del doble o triple, lo que al momento de las elecciones se puede reflejar en los resultados.
Al final pareciera que Trump se dirige a su derrota ayudado por las difíciles situaciones actuales, sin embargo nada está dicho aún, las posibilidades de que al final salga victorioso están ahí y están muy latentes y sobre todo en días en que nada parece seguir su curso y las sorpresas y eventualidades están a la orden del día.
