“El homosapiens pronto desaparecerá de la tierra. No importa cuando llegue el fin. Un desastre ambiental, una pandemia, agua no potable, falta de alimento o una combinación de todo lo anterior, relativamente pronto la tierra se purgará de la especie humana”.
-Downsizing, Alexander Payne (2017).
¿Y, si empezamos de nuevo con el mundo? Con humanos más pequeños (de 10 cm), acabamos con la sobrepoblación, consumimos menos recursos, producimos menos desechos, creamos nuevos asentamientos humanos (diminutos), pero con urbanismo efectivo, con acceso a todos los servicios básicos y de calidad, donde todos tengan bienes y riquezas, sin pobreza, sin gobiernos, ni imposiciones. Diversidad, libertad y sin complicaciones, es la premisa desde la cual aborda un nuevo mundo, Alexander Payne en Downsizing.
Al más puro estilo de Aldous Huxley en “Un mundo feliz”, Downsizing expresa la idea de un mundo mejor. Tras conseguir la miniaturización del ser humano, se comienzan a instalar nuevos asentamientos, libres de contaminación, con suficientes recursos alimenticios y servicios de calidad, donde aparentemente todos poseen riquezas, sin embargo Alexander Payne fiel a la crítica social, expone, aún, cuando la solución sea miniaturizar al mundo, las diferencias ideológicas, las clases sociales, la discriminación, la falta de oportunidades y el desinterés por los marginados, parecen ser parte natural de la estructura social, pequeños o grandes seguirán existiendo las diferencias.
Una película que todos merecemos y estamos obligados a ver, en tiempos de crisis, el altruismo y la solidaridad por el bien del prójimo, son las herramientas, los pilares fundamentales para comprender al otro, en la búsqueda de un fin en común, la esperanza de algo mejor.