En México, según el INEGI, el 25.7% de la población tiene entre 15 y 29 años. Este porcentaje
representa a los 30.6 millones de jóvenes de nuestro país.
Es muy fácil mencionar estadísticas. Pero hablar de juventud, siempre representa un reto. Es un
cúmulo de pensamientos, de acciones, de sueños, de metas, de ideales. Es hablar de liderazgo, de
dinamismo, de compromiso.
Los jóvenes tenemos que ser soñadores, soñadores de un mundo mejor. Los jóvenes somos la
esperanza y tenemos que transmitir esperanza. Es cierto que el afán por hacer las cosas, muchas
veces nos lleva a cometer errores, pero bien dicen, que el que nunca comete errores es porque
nunca lo intentó.
Con mi expresión “Jóvenes de Cuarta”, no es mi intención ofender a nadie. Se puede entender como
un adjetivo que se les da a las personas para demostrar rechazo, o hasta cierto punto,
discriminación, es decir, que no perteneces ni a la primera, ni a la segunda “clase social ideal”.
Tampoco me refiero a que seas un joven que pertenece a algún movimiento político, que tanto ha
dado de que hablar estos últimos meses.
Hablar de “Jóvenes de Cuarta”, es hablar del 25.7 % de la población de nuestro país. Es hablar de la
CUARTA parte de la población en México. Significa que lo bueno o malo que pase en nuestro país,
la CUARTA parte es nuestra responsabilidad. Ser joven no significa ser inmaduro ni superficial. Si no
creamos otro concepto, la sociedad siempre nos verá de esa manera. Así que dejemos de quejarnos
de lo que pasa, y mejor ocupémonos de que al menos en la CUARTA parte que nos corresponde, se
hagan las cosas bien. Si esto se logra, viviremos en un entorno muy diferente.
Quiero cerrar con unas palabras del papa Francisco, dirigidas a los jóvenes, donde plasma muy bien
lo que debemos de estar haciendo: “Hagan lío, pero también ayuden a arreglar y organizar el lío
que hacen…”. Mejor no se puede decir.