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hace 5 años,el
Las redes sociales son la herramienta de comunicación más eficiente. Se puede llegar a grandes audiencias con poco capital y su difusión se puede segmentar a niveles muy detallados, ya sea para vender un producto, posicionar una verdad o para realizar un estudio de escucha digital. Aunque tiene grandes cualidades, estoy convencido de que esta “bendita herramienta” esta lejos de suplir otros métodos de comunicación. Los que nos dedicamos a la comunicación política sabemos que muchos clientes las ven como una varita mágica, y no lo es.
En México, 30% de los usuarios de Facebook navegan dos horas diarias… el 10% más de seis. Tan solo basta observar el tiempo que estamos en nuestro celular para darnos cuenta dónde está nuestra atención. Esto las ha hecho fuertes y necesarias en nuestra vida diaria. Estos hábitos de consumo de información han condicionado a la política en todos los sentidos. Ya sea para comunicar o gobernar, las redes sociales juegan un papel fundamental.
La complejidad de esta herramienta obliga a la integración de equipos más grandes y con un mayor número de especialistas. Un consejo de muchos profesionales para lograr que un gobierno o aspirante comunique lo que desea comunicar y gobierne como desea gobernar. La calidad de los resultados depende totalmente del grado de dominio que se tiene sobre las plataformas sociales y la capacidad de extracción y análisis de data. Lo que hace que esta herramienta sea bendita para algunos y maldita para otros.
Aunque las redes sociales son imprescindibles en el crecimiento político actualmente. No todos los políticos logran lo que buscan, muchos pierden mucho y pocos ganan por falta de conocimiento en la rama. Se cometen errores que cuestan elecciones y hasta gobiernos enteros.
Cada vez hay más políticos que buscan la manera de dejar atrás los formalismos excesivos de la vieja política y optan por maneras más relajadas para comunicar su agenda. Para lograr que estos esfuerzos se den de manera natural y así evitar errores irreversibles, se debe entender el porqué las redes sociales son un fenómeno en nuestra sociedad, el porqué su uso va en aumento en todos los diferentes segmentos sociales y cómo sacar el mayor provecho de ellas.
Quienes saben aprovecharlas se han apoyado en contenido innovador, han estructurado su discurso de manera única y escuchando a su audiencia para comprender sus necesidades e impulsos emocionales. Han aprovechado y comprendido por completo las herramientas que tienen a su alcance, saben mantenerse relevantes, saben micro segmentar sus campaña y saben de la importancia de una estructura digital.
Cuando se busca estructurar cualquier estrategia digital, me centro en dos puntos clave: La capacidad de escuchar y analizar a la sociedad; y la capacidad de convertir esa información en mensajes emocionales. Los gobiernos y los políticos deben aprender a escuchar más y hablar menos. Los ciudadanos son portadores de grandes ideas y es momento de dejar de llevar la política a la ciudadanía. Es momento de acercar a la ciudadanía a la política. Si un gobierno o candidato sabe mantenerse reciente, expresa un discurso coherente y cuenta con formatos de alta calidad para ilustrar su marca persona, aumentarán sus posibilidades de ser exitoso en su comunicación digital.
Lograr conservar o cambiar la percepción de la ciudadanía no es solo a base de millones de impresiones, de miles de interacciones o de cientos de nuevos seguidores. Ganar una elección o realizar una campaña gubernamental exitosa va mucho más allá de un conjunto de infografías en Facebook e Instagram. Se transforma la percepción de la ciudadana con una causa legítima y con atención genuina.
El principal combustible del contenido digital de un político o un gobierno es su agenda. Una audiencia se mantiene enganchada a la comunicación de un gobierno solo si sus acciones verdaderamente combaten las prioridades de cambio y mejora la sociedad que representan. Detrás de todo político debe existir un motor de cambio que demuestre la legitimidad del movimiento que representan. El buen político anhela la transformación de la sociedad para un bien mejor, y eso se nota… se nota en el rostro, en la mirada, en el lenguaje, en sus actos; y no hay mejor contenido que ese.
La gran lección que debemos aprender, tanto ciudadanos como actores de la política, es que el voto se gana con mucho más que dinero y likes.